UN FALLO Y UN ABUSO.
No hace mucho tiempo vivo en esta gran ciudad, pero ya siento que hago parte de ella por lo cual todo lo que pase acá me importa. Me indigné tanto como los bogotanos con el robo que hicieron los Moreno y sus grandes amigos, al igual que me duele ver como muchos la siguen maltratando y siguen evitando que los que quieren tratar con honestidad de darle una nueva imagen a la ciudad lo logren. Tal es el caso de lo que esta pasando con el actual alcalde, al parecer muchos están en contra de sus políticas, por lo cual han intentado de todas las formas posibles evitar que se desarrolle normalmente el mandato del representante capitalino.
No soy la más “petrista” ni la más “antipetrista”, me gustan sus propuestas, discrepo en como se han desarrollado algunas, pero en general me parece que ha sido un gobernante honesto, pero del cual muchos se quieren vengar no solo por su actual gestión sino también por su paso por el “honorable Congreso” de está República. Es desagradable ver como ciertos sectores capitalinos se han empeñado en realizar toda una campaña negativa en contra de una persona que ha intentado levantar la ciudad después del billonario robo de los Moreno y de las mil vueltas que dio Bogotá en los carruseles.
Sé que muchos todavía siguen viviendo en el pasado y solo pueden tener en su cabeza la imagen de un Petro guerrillero, también hay unos que lo tildan de corrupto por el polémico tema de las basuras, como hay otros que simplemente lo odian porque ya sus bolsillos no pueden llenarse con la plata del Distrito. Petro es el típico caso de la persona que despierta odios y amores, ya que también han quienes lo defienden como diríamos “a capa y espada” y son los encargados de liderar las voces de apoyo para que “Petro se quede”.
Lo importante del caso no es defender o culpar al alcalde, lo importante es caer en la cuenta que una persona que fue elegida por una ciudadanía que ejerció su derecho al voto, fue destituida por un personaje que vigila los funcionarios públicos de la manera más sesgada y retrograda que existe, es solo ver la injusta destitución del exalcalde de Medellín Alonso Salazar y la tardía sanción de los Moreno, o la tan sonada destitución de Piedad Córdoba. La figura de ser juez y parte en un proceso es bastante peligrosa y más cuando está en cabeza de una persona que no ofrece las garantías suficientes para que el proceso cuente con la transparencia y la imparcialidad que se merece.
El nueve de diciembre nos encontramos con un fallo desproporcionado, y con un atentado a la democracia, pues el señor Gustavo Petro fue inhabilitado durante 15 años por la Procuraduría General de la Nación, aunque creo que es mejor decir que fue destituido e inhabilitado por el procurador, para nadie es un secreto los altos interés políticos que tienen el señor Ordoñez y algunos de sus amigos; pues permitirle a una persona como Alejandro Ordoñez estar en la procuraduría es un error, es incomprensible que el representante del Ministerio Público sea una persona que se dedique a opinar y a juzgar según sus ideologías religiosas y políticas y no a vigilar la función pública la cual es su verdadera función, que debe ir acompañada de una gran imparcialidad la cual casi nunca se ha visto en sus fallos.
Creo que independientemente de quién haya sido destituido, lo importante es caer en la cuenta que el ejemplo que viene dando el procurador con esos fallos es de una autocracia y no de una democracia, pues recientemente se ha visto que el procurador es el que ha tenido la ultima palabra en temas bastante importantes para el desarrollo de una nación democrática como lo son el aborto y el matrimonio entre parejas del mismo sexo, y al parecer nadie ha querido ponerle un limite al abuso de su poder.
Anular un proceso de elección popular es bastante complicado y más si quién se encarga de ello es una persona que debe ser juez y parte a la vez. Nos hemos tardado mucho tiempo en Colombia para revisar las funciones del procurador, las cuales el actual procurador conoce y usa muy bien. No está demás recordar que este procurador sigue en su cargo gracias al Senado de la República, así que vaya pensando bien por quién va a votar para que luego no le den dolores de cabezas con las decisiones que tomen sus representantes en senado y cámara.
Procure no botar su voto.
NVG.